miércoles, 28 de enero de 2009

JESUS: EL ANCLA

Un escritor ingles, del siglo pasado, cuenta en una de sus obras que en la playa cerca de su casa, una cosa muy interesante podía ser vista con frecuencia:
Un navío lanzando su ancla en el mar enfurecido.
Difícilmente existe una cosa más interesante o sugestiva que esa.
El navío danza sobre las olas.
Parece estar bajo el poder y a la merced de ellas.
El viento y el agua se combinan para hacer del navío su juguete.
Parece que va a haber destrucción; pues si el casco del navío fuera lanzado sobre las rocas, será despedazado.
Pero observamos que el navío mantiene su posición.
Aunque a primera vista pareciese un juguetito desamparado a merced de los elementos, el navío no es vencido.
Cuál es el secreto de la seguridad de este navío?
Cómo puede resistir las fuerzas de la naturaleza con tanta tranquilidad?
Existe seguridad para el navío en medio de la tempestad porque él está anclado!
La cuerda a la cual él está amarrado no depende de las aguas, ni de cualquier otra cosa que fluctúe dentro de ellas.
Ella las atraviesa y está fijada al fondo sólido del mar.
No importa cuan fuerte el viento sople o cuan altas sean las olas del mar…
Su seguridad depende del ancla que está inmóvil en el fondo del océano.

Te has sentido alguna vez como un barco que va a la deriva?
En esos momentos las emociones toman el control de los pensamientos y se piensa solo en lo negativo, se puede llegar a creer que nuestros planes, sueños y metas son solo quimeras, son solo ideales… Y es que el mar de las emociones suele ser cruel y violento por momentos, de pronto levanta sus olas airadas empujadas por el viento del sin sentido, y sus crestas cubren nuestro futuro intentando ahogarnos.
Es aquí donde debemos tener el Ancla que nos mantiene a flote, que nos mantiene en paz a pesar de que nuestro barco se mueva y sea llevado por las olas.
Pero también puede ser que tu ancla no sea tan estable, pues este construida en base a cosas temporales: un trabajo, un carro, el tipo de ropa que vistes, los lugares que frecuentas o la cuenta de ahorro bancaria…Hay un ancla que es inamovible: esa ancla es Jesús, si tu fe esta fundada sobre esta Roca, no hay viento que pueda hundirte.
Hoy es día de salvación y victoria para ti y tu familia, levanta esos ánimos y preséntate ante tu creador y decláralo tu Señor y Salvador con ésta oración:

“Dios, sé que he pecado contra ti y merezco castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera que a través de la Fe en El yo pueda ser perdonado. Me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para mi Salvación. ¡Acepto a Jesús como mi Salvador y Redentor personal! ¡Gracias por Tu maravillosa Gracia y Perdón – el Don de la Vida Eterna! ¡Amén!”